El año pasado, los votantes de California aprobaron la Proposición 4, que destinará 10 mil millones de dólares para financiar proyectos y programas ambientales.
De ese total, 50 millones están destinados a proyectos de calidad del agua en dos ríos transfronterizos: el contaminado Río Tijuana, que cruza la frontera en el condado de San Diego antes de desembocar en el Pacífico, y el Río Nuevo, que llega desde Mexicali hasta el condado Imperial.
Líderes de ambas regiones dijeron el martes que esos fondos serán cruciales para atender la contaminación transfronteriza que sigue afectando la vida de quienes habitan y trabajan cerca de los ríos.
La supervisora de San Diego, Paloma Aguirre, viajó a Sacramento para pedir a la Junta Estatal de Control de Recursos Hídricos la entrega completa de los 50 millones de dólares. Señaló que los fondos ayudarían a reparar un punto crítico de aguas residuales en el Río Tijuana, ubicado cerca de viviendas, escuelas y parques, donde científicos han identificado químicos tóxicos y sulfuro de hidrógeno que se liberan al aire.
En esa zona, un canal de desagüe sobre Saturn Boulevard fue diseñado para evitar inundaciones, pero en realidad provoca turbulencia en el río que intensifica las emisiones de sulfuro de hidrógeno, un gas tóxico de olor a huevo podrido que se encuentra naturalmente en aguas residuales. Los residentes llevan tiempo reportando que esos olores nocivos les causan dolor de cabeza, náusea, resequedad en los ojos y tos.
Con el apoyo de sus colegas supervisores, Aguirre señaló que el condado evaluará cuánto costaría reparar ese punto crítico, con un estimado preliminar de entre 20 y 50 millones de dólares.
“Es una oportunidad única para usar estos fondos y acelerar esta reparación de infraestructura para que podamos, por fin, empezar a respirar todos los días”, dijo Aguirre.
Pero la alcaldesa de Calexico, Diana Nuricumbo, sostuvo que su ciudad depende de su parte de los 50 millones para realizar mejoras en la planta de tratamiento de aguas residuales, que procesa y limpia el agua antes de descargarla en el Río Nuevo. Este río está fuertemente contaminado por escurrimientos agrícolas, desechos industriales y descargas municipales de Mexicali. De acuerdo con el estado, el agua contaminada amenaza la salud humana y los ecosistemas, además de limitar el desarrollo económico.
El director de Obras Públicas de Calexico, Jesús Villegas Peimbert, explicó que los fondos estatales podrían cubrir varias mejoras valuadas en 9.5 millones de dólares, o bien apoyar la expansión de la planta, un proyecto de 50 millones. La ciudad ya se comprometió a invertir 25 millones para esta última opción.
Nuricumbo agregó que el Valle Imperial no ha recibido suficiente atención federal y que el financiamiento estatal es vital para una ciudad pequeña como Calexico, cuyas necesidades, dijo, suelen quedar opacadas por las de ciudades más grandes.
“Mi petición hoy es sencilla: por favor mantengan a Calexico en su radar”, dijo a los miembros de la junta. “Recuerden que el condado Imperial también es parte de California. Nosotros también enfrentamos un problema con un río transfronterizo.”
El presidente de la Junta de Agua, Joaquín Esquivel, reconoció que ambos ríos necesitan fondos y señaló que más adelante discutirán los plazos y el proceso de toma de decisiones sobre cómo repartirlos.
“Somos muy conscientes de que hay una enorme necesidad en la región fronteriza”, agregó. “Queremos asegurarnos de que estos recursos lleguen a ambas cuencas y mantener un equilibrio.”