Los titulares de hoy en día son difíciles de digerir: tropas federales en grandes ciudades de Estados Unidos, el asesinato de un activista político, crecientes llamados a una guerra civil, amenazas a la libertad de expresión, redadas migratorias y costos desbordados de alimentos, vivienda y atención médica.
El constante bombardeo de noticias angustiosas puede sentirse como un asalto, incluso para quienes tienen los nervios más fuertes. Pero los expertos dicen que la avalancha de malas noticias hace más que desgastar nuestros nervios: puede afectar nuestra salud.
El cuerpo bajo estrés
El estrés crónico por cosas fuera de nuestro control —el tráfico, un jefe difícil o las noticias diarias— eleva la hormona del estrés, el cortisol, en nuestro cuerpo. Robert Sapolsky, neurocientífico de la Universidad de Stanford y autor de Why Zebras Don’t Get Ulcers, explica que aunque esa respuesta al estrés antes ayudaba a humanos y animales a reaccionar ante un peligro inmediato, la diferencia hoy es que las personas rara vez tienen un descanso.
“Los humanos vivimos perpetuamente en ansiedad”, dijo.
A diferencia de una cebra perseguida por un león, que o escapa o no, los humanos permanecemos en modo de lucha o huida. El resultado: enfermedades relacionadas con el estrés, como diabetes, hipertensión, colesterol alto y enfermedades cardíacas. El estrés prolongado también reduce la empatía y la tolerancia, y hace que las personas sean menos capaces de ver la perspectiva de otros.
Alison Holman, profesora de enfermería y psicología en UC Irvine, agrega que la exposición repetida a tragedias —como el atentado en el Maratón de Boston o el tiroteo en un club nocturno de Orlando— puede causar lo que ella llama trauma colectivo. Los primeros síntomas se parecen al estrés postraumático: pensamientos intrusivos, evitación, hipervigilancia y sensación de estar constantemente en alerta.
El costo de la polarización
Las profundas divisiones políticas de Estados Unidos están aumentando el estrés. Holman dice que la turbulencia política se correlaciona con picos en problemas de salud mental. Se ha demostrado que las elecciones polarizadas elevan los niveles de cortisol.
Durante las elecciones de 2020, Holman encontró que la preocupación se vinculaba con un 12% más de riesgo de problemas de salud nuevos. Y era mayor para los republicanos que para los demócratas, lo que significa que las consecuencias de salud fueron peores para el partido que perdió. El racismo y la marginación política también tienen efectos medibles: tras las elecciones de 2016, aumentaron los partos prematuros entre mujeres latinas.
Para Hally De Groot, votante independiente de San Diego, el flujo constante de titulares sombríos es abrumador.
“Duele pensar en lo que atraviesan las personas por todas estas cosas y la manera en que se cubren,” dijo.
A veces llora por el estrés, pero no se aleja de las noticias. En cambio, desahoga su frustración con familiares y amigos, sorprendida por la complacencia que ve a su alrededor.
“Nos hemos vuelto tan dóciles y cómplices con la idea de que los políticos también resolverán esto por nosotros,” comentó.
Otro votante local, Josh Bell, dijo que la cobertura no ha sido suficiente para despertar a los estadounidenses de la inercia.
“No hay un nivel saludable de estrés que realmente genere un cambio, y ese es el problema,” dijo.
Aun así, los titulares lo han dejado ansioso, adormecido y cuestionando su futuro en Estados Unidos.
“La incertidumbre, la falta de unidad,” dijo. “Sí, me parece que Estados Unidos se está desmoronando, de algún modo.”
Cómo enfrentar el diluvio
Los expertos dicen que hay maneras de proteger la salud mental y física ante esta avalancha. Sapolsky recomienda practicar gratitud, meditación y ejercicio.
Holman aconseja prestar atención al estado emocional al consumir noticias. Si te sientes abrumado, da un paso atrás.
“Observa cómo te sientes,” dijo Holman. “Si es demasiado, toma descansos y respira profundo.”