Esta es la segunda parte de una serie de dos partes. Lee la primera parte aquí.
Tras las elecciones presidenciales de 2024, Stacy Tolchin preveía que los próximos cuatro años serían una lucha cuesta arriba.
Esta abogada de inmigración, residente en Pasadena, vivió el caos del primer mandato de Trump. Recuerda la separación de familias, la prohibición de entrada a ciudadanos de países de mayoría musulmana y los ataques contra los programas de refugiados y asilo.
Sin embargo, Tolchin y otros abogados y activistas se sorprendieron por la rapidez y la sofisticación de la campaña de deportaciones masivas de la administración actual.
“Es realmente mucho peor de lo que imaginé que sería a principios de año”, dijo.
La administración Trump ha retirado visas a estudiantes internacionales, deportado a personas a una de las prisiones más peligrosas del mundo y lanzado redadas migratorias violentas en ciudades estadounidenses.
Además de estas tácticas visibles al público, la administración también ha llevado a cabo una serie de maniobras legales silenciosas que han hecho mucho más difícil que los inmigrantes peleen sus casos de deportación.
Estos esfuerzos incluyen canalizar a las personas hacia programas de deportación acelerada, dificultar que los inmigrantes contraten abogados y prácticamente imposibilitar que los detenidos salgan bajo fianza.
Pero después de haber sido tomadas por sorpresa en los primeros meses del nuevo mandato de Trump, abogadas y abogados en todo el país ahora se están uniendo y desarrollando sus propias estrategias legales.
“Necesitamos guerreros, necesitamos gente que nos ayude en esta lucha”, dijo Tolchin.
La herramienta principal son las peticiones de Habeas Corpus — demandas federales que impugnan detenciones ilegales e indefinidas.
En conjunto, han presentado más de 4,000 peticiones de Habeas como último recurso para lograr que sus clientes salgan de los centros de detención de inmigración.
Por ejemplo, en el Distrito Sur de California, los abogados presentaron solo una petición de habeas corpus en enero y otra en febrero. Pero el mismo tribunal, que abarca los condados de San Diego e Imperial, recibió casi 40 peticiones en septiembre y más de 60 en octubre.
Los Padres Fundadores consagraron las protecciones del Habeas Corpus en la Constitución para proteger a las personas de los caprichos de un rey. Es, esencialmente, la última línea de defensa legal contra una detención ilegal.
Sin embargo, estas peticiones son documentos legales complicados que representan múltiples desafíos para los abogados de inmigración, especialmente para quienes no están familiarizados con el sistema de tribunales federales.
Aunque la jurisdicción es federal, ejercer la abogacía en inmigración es muy distinto a ejercer en el sistema federal. Son dos sistemas judiciales separados, cada uno con su propio conjunto de reglas.
Los abogados de inmigración, por ejemplo, pueden ejercer en cualquier parte del país. Pero los abogados federales deben tener licencia en su estado y ser admitidos formalmente para litigar en tribunales federales específicos.
Algunos abogados de inmigración nunca han tenido que aprender a redactar una petición de Habeas.
“El área del derecho de Habeas es muy limitada, muy específica”, dijo Justin Brooks, profesor de derecho en la Universidad de San Diego. “Son muy pocos los profesionales que realmente lo ejercen o lo entienden por completo.”
Una abogada de inmigración radicada en San Diego dijo a KPBS que le tomó 25 horas de trabajo presentar una sola petición de Habeas.
Para cerrar esa brecha de conocimiento, los abogados de inmigración están recurriendo a redes informales de apoyo. Algunas organizaciones, como la Asociación Americana de Abogados de Inmigración, incluso han organizado talleres formales donde los abogados pueden hacer contactos y recibir un curso intensivo sobre cómo presentar peticiones de Habeas.
“Estoy muy orgullosa de mis colegas que han dado un paso al frente”, dijo Nerea Sholl-Woods, una abogada de inmigración en San Diego. “Sin duda, cada persona a la que he buscado me toma la llamada y me guía en el proceso.”
Parte del acompañamiento también ocurre uno a uno, con abogados contactando a antiguos compañeros o colegas que han conocido en conferencias.
Y además de ofrecer asistencia técnica, estas redes informales también brindan apoyo emocional, dijo Sholl-Woods.
Mitchell Shen, abogado de inmigración en Los Ángeles, dijo que existen múltiples cadenas de correo electrónico donde los abogados discuten estrategias legales para ganar pero también comparten duras derrotas y se animan mutuamente.
“Han sido realmente útiles”, comentó.
En respuesta a las preguntas de KPBS sobre las tácticas de la administración y el aumento de peticiones de Habeas, la portavoz del Departamento de Justicia, Natalie Baldassarre, proporcionó la siguiente declaración:
“El presidente Trump y el Departamento de Justicia continuarán aplicando la ley tal como está escrita para defender y proteger la seguridad del pueblo estadounidense.”
Rastreando los casos
Mientras abogados impugnan la agenda de deportaciones de la administración en tribunales federales, han encontrado aliados en lugares inesperados: desde grupos de ayuda mutua que compran comida para las familias de personas arrestadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), hasta voluntarios que visitan o escriben cartas de apoyo a personas detenidas. Algunos de ellos nunca habían participado en ningún tipo de activismo.
Personas como John Cronan, un desarrollador de software que vive en Chicago. Él se interesó en el tema migratorio después de que Kilmar Albrego García —el salvadoreño que vivía en Maryland— fuera deportado ilegalmente a una prisión en El Salvador por la administración Trump debido a un error administrativo.
Cronan siguió de cerca la cobertura mediática del caso, que se volvió de alto perfil. Pero quería profundizar más leyendo directamente los documentos judiciales. Fue entonces cuando descubrió que la gran mayoría de las peticiones de habeas corpus no están disponibles en línea. Para consultar los archivos del caso Albrego García, habría tenido que manejar cientos de millas hasta Texas y obtenerlos físicamente en un tribunal federal.
“Si estos documentos son tan importantes, deberían estar disponibles en línea”, dijo.
Ahí fue cuando Cronan, sin formación legal, decidió usar sus habilidades en desarrollo de software. Creó Habeas Dockets, una página web que rastrea demandas de habeas corpus en tribunales federales de todo el país.
Para operar el sitio, Cronan necesita un pequeño ejército de voluntarios que recolecten y digitalicen estos documentos en distintas regiones.
Una de ellas es Breana Gilcher, masajista y música que vive en Los Ángeles.
Al igual que Cronan, Gilcher no tiene experiencia en activismo ni organización política. No le gustaba ver a agentes de ICE arrestando gente en su comunidad y quería hacer algo al respecto.
“Era importante para mí encontrar una forma sostenible de involucrarme”, dijo.
Gilcher es una de dos voluntarias con sede en Los Ángeles. Van al tribunal federal de la ciudad, piden al personal copias de cientos de documentos, los escanean en casa y se los envían por correo electrónico a Cronan.
Ella limita la cantidad a unas mil páginas por viaje porque es lo máximo que puede cargar. Mil páginas —a 10 centavos por copia— cuestan alrededor de 100 dólares. Las voluntarias pagan ese costo de su bolsillo y después reciben un reembolso a través de Habeas Dockets.
Leer los documentos le da a Gilcher una idea más clara de lo que les sucede a los migrantes después de ser arrestados por ICE. Algunos incluyen cartas de padres o seres queridos suplicando su liberación.
Estos documentos contradicen una de las narrativas principales del presidente Trump: que los inmigrantes son peligrosos y que su administración mantiene a salvo a los estadounidenses al enfocarse en “lo peor de lo peor”.
Las personas voluntarias esperan que hacer estos documentos más accesibles ayude a la gente a entender esta contradicción.
“Creo que el hecho de que estos documentos estén tan restringidos solo aumenta la brecha entre lo que sabe el público y lo que realmente está pasando”, dijo Gilcher.
Mientras tanto, abogados dicen que Habeas Dockets les está ayudando en tiempo real. En particular, lo usan para consultar decisiones previas de jueces específicos y así construir mejor sus argumentos.
Pequeñas victorias
Mientras las personas voluntarias de Habeas Dockets intentan arrojar luz sobre el panorama general, abogadas y abogados trabajan caso por caso.
“Impugnar en nombre de personas y ganar sus casos es realmente satisfactorio porque esto es tan injusto”, dijo Cassandra López, abogada de inmigración en San Diego y directora legal de Al Otro Lado.
Aunque ganar un caso no cambiará todo el sistema, López dijo que cada pequeña victoria es una forma de reivindicación.
Más importante aún, dijo, puede cambiar la vida de una persona.
Uno de sus clientes recientes sufrió un ataque al corazón mientras estaba detenido en un centro migratorio en Arizona. Después fue transferido al Centro de Detención Regional de Imperial, donde López alegó que no estaba recibiendo suficiente atención médica.
“Le dan dos semanas de medicamento para el corazón, y luego pasan tres o cuatro días esperando a que se lo vuelvan a surtir”, dijo. “Está extremadamente preocupado por su salud. No le dan una dieta baja en sal o baja en grasa, cosas que podría hacer por sí mismo si estuviera fuera de custodia”.
Por ahora, no existe una forma fácil de rastrear la tasa de éxito de las peticiones de habeas corpus, pero Cronan dice que está trabajando en ello.
Por el momento, encuentra consuelo en victorias anecdóticas.
“Los tribunales de distrito están funcionando como un contrapeso importante en este momento”, dijo. “Al menos en esos tribunales, el sistema está funcionando, desde mi perspectiva.”
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