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Dictators, Punk Rock And Sex: A Conversation With Pedro Almodovar

Director Pedro Almodovar.
Jerod Harris
/
Getty
Director Pedro Almodovar.

In Pedro Almodovar's iconic film All About My Mother, a transgender woman named La Agrado takes the stage and begins a monologue about authenticity by listing the surgeries she's undergone:

"Almond-shaped eyes, 80 thousand; silicone in lips, forehead, cheeks, hips and ass — the liter costs 60 thousand pesetas; you add it up, because I stopped counting. Tits? Two. I'm no monster. Seventy each, but these have been fully depreciated. Well, as I was saying, it costs a lot to be authentic, ma'am. And one can't be stingy with these things, because you are more authentic the more you resemble what you've always dreamed of being."

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This week on Alt.Latino, the Spanish filmmaker stops by to discuss, among other things, authenticity — and keeping true to his artistic vision, despite having come of age as an artist during an almost impossibly repressive time in Spain.

One of the shining stars of a movement called La Movida Madrileña (The Madrilenian scene), which began as Spain transitioned into democracy after Francisco Franco's death in 1975, Almodovar pays homage to this pivotal time in Spanish culture in the film Live Flesh. [Spoiler Alert: The next two paragraphs describe a pivotal scene late in the film.] Decades of pent-up creativity, sexuality, musical talent and art could no longer wait to explode out into the open. The film's opening scene takes place during the Franco regime: A child is born on a bus, on a bleak and desolate night in Madrid. In the film's last scene, 26 years later, that same child is a grown man in a taxi stuck in Madrid traffic, as his own wife is going into labor. Amid the panic, he speaks to his yet-unborn child:

"I know exactly how you feel: Twenty-six years ago, I was in the same position as you, about to be born, but you have better luck than I had, you little bugger. You won't believe how all this has changed ... look at the sidewalks, full of people! When I was born, there wasn't a soul on the streets. Everyone was in their houses, scared to death. Luckily for you, my son, in Spain we stopped being afraid a long time ago."

Part of what makes Almodovar's films revolutionary is that the storylines tend to orbit around a cast of strong women and members of the LGBT community. As is the case in fascist regimes, the Franco rule was intransigently patriarchal; women played a supporting role for husbands and children. "In Spain," historian Ricardo García Cardel writes, "feminism arrived late, and it arrived poorly." To cast flawed, highly sexual, ambitious women in his films was risky; to make films featuring men in drag was self-destructive.

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It's no coincidence that Almodovar's early work is heavily imbued with Spanish new wave and punk-rock culture. As his films progressed, they became increasingly sophisticated and complex, musically speaking. The music in his films, as co-host Felix Contreras notes, has always functioned as another character unto itself. Almodovar picks musicians who, like his characters, are vibrant, imperfect and larger than life. He famously rescued legendary Mexican singer Chavela Vargas from alcoholic oblivion; he has sustained a decades-long love affair with tragic queen of Latin soul La Lupe, and more recently he worked with legend-in-the-making Concha Buika.

Much like Live Flesh, Almodovar's new film, I'm So Excited, contains a powerful metaphor for Spain in transition. The country has been spiraling into economic depression, marred by one government-corruption scandal after the next. Although it's a lighthearted gay comedy about a malfunctioning plane, in Almodovar's own words it represents Spain, circling in the air in a state of panic and emergency, deciding where it's going to land.

Tune in to this week's episode of Alt.Latino for an amazing conversation with Pedro Almodovar about his life, his art and, of course, the music that moves him.

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En el icónico film Todo Sobre Mi Madre, una mujer transgénero llamada la Agrado se sube a un escenario y habla acerca de la autenticidad. Comienza a listar las cirugías plásticas que se ha hecho:

"soy muy auténtica. ¡Miren qué cuerpo! Todo hecho a medida... Rasgado de ojos, ochenta mil. Nariz, doscientos mil.. ¿Tetas? Dos... porque no soy ningún monstruo. Setenta mil cada una, pero éstas ya las tengo súper amortizadas...Labios, frente, pómulos, cadera y culo. El litro cuesta unas cien mil, así que echan la cuenta, porque yo ya la he perdido. Limadura de mandíbula, setenta mil. Depilación definitiva láser -porque la mujer también viene del mono, bueno, tanto o más que el hombre-, sesenta mil por sesión... Bueno, lo que les estaba diciendo es que cuesta mucho ser auténtica, señora. Y en estas cosas no hay que ser rácana... porque una es más auténtica cuanto más se parezca lo que se ha soñado de sí misma".

Esta semana en Alt.Latino, nos visita el cineasta español, y entre muchas otras cosas, nos habla sobre la autenticidad, y sobre como se ha mantenido siempre fiel a su visión artística, a pesar de haberse iniciado en el género durante el franquismo.

La Movida Madrileña comenzó cuando España hacía la transición hacia la democracia luego de la muerte de Franco en 1975. Décadas de represión de la creatividad, la sexualidad, la música, y el arte ya no podían más que explotar en escena. Almodóvar fue la estrella del movimiento. En la película Carne Trémula, le hace un homenaje a este momento de gran transición cultural. El filme abre con una escena en un autobús vacío, en una noche fría en las calles desoladas de Madrid durante la época de Franco; una mujer (Penélope Cruz) esta pariendo. La última escena también es un parto: 26 años mas tarde, ese bebé que nació en el autobús está subido en un taxi con su esposa que esta dando a luz. Atrapados en el tráfico congestionado de Madrid y en un pánico, el muchacho le habla al vientre de su mujer:

"Sé perfectamente cómo te sientes... Porque hace veintiséis años yo estaba en tu misma situación, a punto de nacer..., pero tú tienes más suerte que yo, cacho cabrón... No sabes cómo ha cambiado esto. Mira cómo está la acera, llena de gente. Cuando yo nací no había un alma por la calle. La gente estaba encerrada en su casa, cagada de miedo. Por suerte para ti, hijo mío, hace mucho tiempo que en España hemos perdido el miedo..."

Una de las cosas que hacía que en esa época (y a decir verdad, aún hoy) las películas de Almodóvar fueran tan revolucionarias, es que cuentan historias acerca de mujeres fuertes, y la comunidad LGBT. Como suele ocurrir en todo régimen fascista, el franquismo era sumamente patriarcal. El rol de la mujer era de apoyo a los hijos y al marido. "En España" escribe el historiador Ricardo García Cardel "el feminismo llegó tarde y llegó mal." Crear películas con personajes principales que eran mujeres problemáticas, sexuales y ambiciosas era arriesgado; hacer películas con personajes trans era prácticamente suicida.

No es coincidencia que al menos al principio, las películas de Almodóvar estuvieran repletas de la estética, la música y los personajes del punk español y la onda New Wave. A medida que progresaron sus films, se volvieron musicalmente mas sofisticados. Félix Contreras nota que la música siempre ha sido un personaje más en las películas de Almodóvar. Al igual que sus protagonistas, suele elegir a músicos que son vibrantes, imperfectos, y prácticamente mitológicos. La más famosa anécdota es como el viajó a México en busca de la legendaria Chavela Vargas, quien para ese entonces se había prácticamente desvanecido en el alcoholismo. Almodóvar hace décadas que tiene un romance con La Lupe, trágica figura de la música cubana y hace poco también colaboró con la feroz cantante de flamenco Concha Buika.

Tal como en Carne Trémula, la más reciente creación de Almodóvar Amores Pasajeros, contiene una ponderosa metáfora acerca de España. El país ha estado en espiral hacia abajo, sumido en una fuerte depresión económica y golpeado por un escándalo de corrupción tras otro. Aunque esta película se trata de una ligera comedia gay acerca de un avión que no puede aterrizar (esa es la frase mas rara que he escrito en mi vida), también se trata de una representación del momento que vive España, flotando en el aire sin rumbo, en un estado de pánico y emergencia, buscando dónde aterrizar.

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