A dos días del primer debate presidencial en México las críticas continúan lloviendo. Ahora se sumó el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se lanzó el martes contra el evento organizado por el organismo electoral y aseguró que fue empleado para atacar a su gobierno.
Durante su conferencia matutina López Obrador afirmó que en todo el debate "se habló de lo que sostienen nuestros adversarios de los medios de manipulación" y no se mencionó "absolutamente nada" de las acciones que ha ejecutado el gobierno en materia de educación y para combatir la corrupción, una de las banderas que asumió en 2018 al inicio de su sexenio.
"Es la narrativa de Televisa y Azteca y de Reforma y de El Universal lo que utilizaron para hacer las preguntas en el debate con una supuesta consulta a todos los ciudadanos dejándoles a los conductores el privilegio de poder escoger qué preguntas hacer", dijo el mandatario al cuestionar la metodología que utilizó el Instituto Nacional Electoral (INE) para el primer debate presidencial del pasado domingo.
En su intervención López Obrador también aprovechó para atacar a algunos de los medios de comunicación locales que suelen ser uno de sus blancos favoritos en sus conferencias presidenciales diarias conocidas como "las mañaneras".
La postura de López Obrador contra el debate no fue aislada. Días antes del evento la candidata oficialista Claudia Sheinbaum y su partido Morena cuestionaron a uno de los dos moderadores del debate, al que le exigieron imparcialidad, y rechazaron la decisión del INE de dejar en manos de los moderadores la elección de las preguntas.
La exalcaldesa de la Ciudad de México reiteró el lunes sus críticas y dijo a una emisora local que el formato no permitió profundizar las ideas y las propuestas ni confrontar las opiniones de los otros dos contendores debido a que había "demasiadas preguntas" y restricciones de tiempo. "Hubo un problema con el reloj que no es muy claro", agregó.
De acuerdo con las reglas definidas por el INE en el primero de tres debates, que se extendió por dos horas, los candidatos debían responder a las preguntas que realizó la ciudadanía por las redes sociales sobre salud, educación, combate a la corrupción, violencia contra la mujer, transparencia, migración y grupos vulnerables.
La exsenadora opositora Xóchitl Gálvez, principal contendora de Sheinbaum, también objetó el lunes el evento y señaló que fue "pésimo el formato" porque no permitió debatir ni presentar las propuestas. "Tenías cinco minutos para todos tus temas… dependía de que el conductor te diera la palabra, pero de repente pasaba a otro tema. El formato le benefició a Claudia", dijo la opositora a una radio local.
Aunque tanto Sheinbaum como Gálvez se dieron como ganadoras del debate, los analistas estiman que el gran beneficiado fue el exdiputado opositor Jorge Álvarez Máynez, del partido minoritario Movimiento Ciudadano, quien entró de último a la contienda electoral y logró darse a conocer por primera vez ante millones de mexicanos.
El debate estuvo dominado por la pugna entre Gálvez y Sheinbaum, quien se mantiene como favorita en las preferencias electorales para vencer en los comicios generales del 2 de junio.
Los cuestionamientos contra el debate surgieron desde un primer momento en las redes sociales y en los diferentes programas televisión y reportes de los medios locales que se hicieron para analizar las intervenciones de los tres candidatos.
La mayoría de los analistas coincidieron en calificar el formato como "acartonado" y plantearon que las limitaciones de tiempo impidieron a los contendores mantener un diálogo fluido y profundizar sobre sus propuestas.