En una publicación en redes sociales el pasado 7 de junio, el expresidente Donald Trump dijo que los manifestantes no deberían tener permitido usar mascarillas. Su declaración ha generado preocupación entre profesionales de la salud, justo cuando continúan las protestas en distintas partes del país este verano.
El tema cobró mayor relevancia luego de que, según reportes, varias personas fueron detenidas el fin de semana durante una protesta llamada “No Kings” por portar o repartir cubrebocas. Quienes critican la postura de Trump señalan que prohibir el uso de mascarillas podría desalentar la participación de personas vulnerables en manifestaciones públicas.
La doctora Maya Kumar, pediatra en San Diego y miembro de la Academia Americana de Pediatría, asegura que el uso de mascarilla sigue siendo una forma efectiva de protegerse, tanto a uno mismo como a los demás.
“Ese equilibrio entre riesgos y beneficios es algo que cada persona debe evaluar por sí misma”, comentó. “Pero decir que alguien no tiene derecho a usar un cubrebocas quirúrgico o un respirador para proteger su salud o la de los demás me parece muy preocupante como profesional de la salud”.
Aunque se trate de actividades al aire libre, Kumar advierte que el riesgo de contagio no desaparece, especialmente en concentraciones masivas.
“Para una persona con una enfermedad grave —como asma, problemas cardíacos, alguien embarazada, adulto mayor o con un sistema inmunológico débil— basta una sola exposición a alguien enfermo para terminar en el hospital”, explicó.
La doctora subrayó la importancia de que cada quien pueda tomar decisiones informadas sobre su salud.
“Recomiendo a todos que piensen cuidadosamente en los riesgos de asistir a eventos masivos sin cubrebocas, especialmente si no están vacunados contra virus respiratorios o tienen condiciones médicas que podrían agravar una infección”, dijo. “Los estudios demuestran que las personas inmunocomprometidas siguen en mayor riesgo de hospitalización o muerte por COVID-19, incluso estando vacunadas”.
Durante las protestas de Black Lives Matter en 2020, investigaciones mostraron que en 11 de 12 ciudades donde hasta el 96% de los asistentes usaron mascarilla, no se registró un aumento significativo de contagios.
“Esto podría convertirse en un problema mucho más serio si a la gente no se le permite tomar precauciones básicas, como usar un cubrebocas quirúrgico o un respirador para protegerse”, concluyó Kumar.